El Espejo Sol de estilo vintage vuelve a brillar con fuerza

12 Nov El Espejo Sol de estilo vintage vuelve a brillar con fuerza

Tenemos que reconocer que desde siempre hemos sentido un cariño especial por el estilo vintage y en concreto, por algunos de sus accesorios decorativos, particularmente bonitos y llenos de encanto.  Un complemento lleno de esplendor que se ha convertido en una pieza imprescindible en la decoración. Hablamos de un espejo redondo de estética vintage que ha sido el protagonista de las paredes de casas de famosos de Hollywood, portada de revistas e interiores decorados por amantes de los muebles y decoración recuperada de un anticuario. Sin duda se trata del Espejo Sol, un clásico de la decoración moderna, que marcó un hito durante el ecuador del siglo XX y que ahora, en pleno siglo XXI es un icono de estilo y belleza.

Este espejo nació de la creatividad humana, de las manos de un escultor o de un experto artesano a finales de la edad moderna. Esto sucedía en Italia a principios del siglo XVIII, momento en el que la Contrarreforma daba sus últimos coletazos y el Barroco seguía considerándose como el estilo artístico de referencia. Este tipo de espejo trataba de representar en la imaginería cristiana el aura de la virgen o del espíritu santo. Su fabricación, originalmente en madera tallada, imitaba los rayos del astro rey. Al principio de manera un poco tosca y con evidentes referencias religiosas (que lo hacían muy similar a la corona que lucían las imágenes cristianas que poblaban iglesias o salían a la calle en procesión).

Con el tiempo su diseño se ha ido modificando, pasando de simples rayos de sol a representar elementos vegetales, pájaros tallados en el metal e incluso, coronas florales o bellas composiciones vanguardistas. Y como en todos los campos del diseño, tras un mítico objeto como éste siempre hay un artista que ha sabido convertirlo en un must. Line Vautrin (1913-1997), es uno de los nombres más sonados y reconocidos en las subastas de alto nivel por la riqueza de sus interpretaciones de este objeto.

Las creaciones de esta diseñadora, así como las de Gilbert Poillerat (1902-1988) son consideras verdaderas joyas por cualquier decorador amante del estilo 50’s. Más grandes o más pequeños, con rayos irregulares o realizado en cualquier metal, estas piezas son perfectas para decorar cualquier ambiente, tenga el estilo que tenga. Podemos colocarlos solos sobre una cómoda de gran formato o sobre un aparador, o combinados en cualquier pared; en conjunto, de formas y tamaños distintos. A nosotros nos gusta, en especial, combinarlo con ambientes de estilo contemporáneo con un aire muy urbano y juvenil, en el que se dan cita muebles de distintos estilos, tal y como ocurre en el apartamento del diseñador Max Azria (reportaje fotográfico publicado en la revista Harper’s Bazaar).

Este tipo de espejos siempre ha tenido un gran valor decorativo en Estados Unidos, en cambio en España, nunca gozó de la misma fama. Su momento de máxima popularidad fue en las décadas de los 60 y 70, volviendo a vivir en la actualidad una época de esplendor, dado que en nuestro país, poco a poco, estamos empezando a apreciar el mobiliario de diseño y las piezas de anticuario. Todo lo recuperado y retro se ha puesto de moda con la llegada a la cima de nuevas generaciones de decoradores, artistas y arquitectos. Por eso, no hay que dejar de comentar que gracias a esta corriente de amor por lo antiguo,  ha revivido la figura del anticuario y del propietario de tiendas vintage.

Aunque no son de anticuario, pero son igualmente decorativos y bonitos, en Ámbar Muebles disponemos de un par de modelos inspirados en el Espejo Sol, el Espejo moderno Túnez  y el Espejo redondo Tornado, ambas, piezas de factura artesanal y alta calidad.